Y tienes esa forma encantadora de sonreír al mirarme y decirme que me veo hermosa. Y darme la razón incluso cuando ambos sabemos que la estoy regando, y ser comprensivo cuando me equivoco. Tienes los abrazos más bonitos del mundo y los besos más cálidos. Eres una promesa tan bien elaborada que pareces salido de los labios de un poeta. Tienes aires de ser un sueño pero ni soñado serías tan inimaginable como en esta realidad.
Eres el rey del trueque porque sabes cambiar lágrimas por sonrisas y con una caricia el palpitar de un corazón. Eres inteligente sin alardear y te interesas por todo. Escuchas y sabes guardar el mejor silencio, ese de “entiendo”.
Por Dios, eres la historia que nunca pensé en escribir porque resultaba una utopía. Eres tanta irrealidad que siento que desde que estamos juntos vivo en el cuento de hadas que alguien escribió para nosotros.
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