jueves, 12 de mayo de 2016

Permíteme

Permíteme ser el aire que respiras, esa luz que te ilumina o el sol que despabila en una mañana serena.

Déjame abrazarte con mis profundidades en fragancias azuladas y mis gotas saladas. Como el mar que sigiloso se regocija cuando en el nadas y que contento la pasa cuando te cargan sus aguas.

Quisiera ser yo la planta que vive junto a tu cama, que admira tu silueta en calma de madrugada y tu cuerpo alucinante a luminosas horas del día. Que vida la de esa planta.

Quiero ser yo el individuo que tengas por gran amigo, pero que beses y ames y cuentes todos tus males.

Permíteme ser tuyo y nos contemos en el cielo. Solo es cuestión que cedas, que me confíes tu alma, dejemos fluir la magia, seamos el instante que tanto hemos saboreado, perdamos la noción del tiempo pero que sea entrelazados, seremos en la existencia un solo momento, nos recordarán como “los amantes eternos”.

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